20 abril, 2011

Comprar más limpio

(artículo publicado en El periódico de Aragón)
16/04/2011 C. PONTE.

Un producto tan común como un teléfono móvil puede acumular en su pasaporte tantos sellos que el consumidor final es incapaz de distinguir su origen: un país para la batería, otro para las piezas externas, uno diferente para el ensamblaje, componentes electrónicos y un larguísimo etcétera que diluye cualquier nacionalidad. Detrás de esta ajetreada agenda de viajes se esconden, en muchas ocasiones, trabajadores en condiciones laborales lamentables, abusos contra el medio ambiente o sobreexplotación de los recursos.

Los compradores tienen una responsabilidad final en este mercado global. Pero además, cuando quién compra es la Administración, esa responsabilidad se duplica. "La Administración es responsable con los ciudadanos, y resulta incoherente estar fomentando por ejemplo políticas medioambientales y después adquirir papel obtenido en condiciones poco transparentes" subraya Mercé Espunyes, organizadora desde Setem Aragón de la II Jornada Internacional sobre Responsabilidad en la Cadena Global de Suministro, que se celebró el pasado jueves.

Desde hace dos años esta asociación trabaja en Aragón en un Programa de Compra Pública Responsable. "Tratamos de sensibilizar para que administraciones no contribuyan con sus compras con productos que se fabrican en condiciones de explotación humana o medioambiental" recuerda Espunyes. Una tarea complicada cuando desde las entidades públicas lo que suele primar es el precio.

Si el pasado año esta misma jornada se dedicó al marco normativo construído a partir de directivas europeas y las posibilidades de la ley 30/2007 de contratos públicos, que permitía introducir cláusulas de carácter social en las compras públicas, en esta ocasión la intención era dar visibilidad a las consecuencias sociales y éticas en la cadena de suministros de una economía globalizada.

Derechos Humanos

"Con la crisis se habla del Fondo Monetario Internacional, de los rescates a la banca, pero nadie habla de los Derechos Humanos. Y estamos yendo hacia atrás" asegura Espunyes. Para abrir la jornada Tim Steinweg, del Centro de Investigación sobre Corporaciones Multinacional de Holanda, abordó la Responsabilidad en la cadena global de suministro a través del concepto de trazabilidad. En palabras de la organizadora se podría traducir como "el poder dar cuentas del ciclo de vida de un producto, conocer todos los eslabones de esta cadena de suministro".

El ejemplo que utilizó Steinweg para enmarcar esta idea fue la del tan mentado coche electrónico. En la cadena de proveedores, la obtención de litio para las baterías de estos vehículos están causando es tragos en la explotación de países como China. El lado más humano de este abusivo mercado global lo trajo la intervención de Aboubkar El Khamlichi, activista social y defensor de los Derechos Humanos en Marruecos. El Khamlichi presentó los resultados de una investigación conjunta de Setem y Attawassoul (asociación de apoyo a las mujeres en el mercado laboral). La mayor parte de las mujeres marroquíes que trabajan en las fábricas textiles de multinacionales extranjeras son analfabetas, lo que impide que conozcan sus derechos y puedan así defenderlos.

La investigación pone de manifiesto, por ejemplo, jornadas laborales de 44 horas semanales que suelen ser superiores a las 50 sin que se cobren o se exija tal cuestión. También es práctica habitual el cerrar empresas para reconstituirlas con otro nombre, con el fin de no pagar antigüedad a los empleados.

Contrataciones

Juan Hernández Zubizarreta, miembro del Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional (HEGOA), aportó otro concepto a la jornada, el de softlaw. Pese a la existencia de una normativa internacional al respecto, esta no marca su obligatoriedad, no se llega a exigir su cumplimiento, lo que deriva en una ley suave.

Entre las experiencias más interesantes del Sweatfree Purchaising Consortium al que pertenece Cleason, destaca la puesta en marcha de una base de datos para facilitar el contacto entre las empresas responsables y los contratadores públicos.

La jornada se cerró con un taller para que el medio centenar de asistentes pudieran conocer cómo introducir cláusulas éticas y ambientales en los pliegos de contratación pública.

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