El pasado 28 de junio
decidimos salir a la calle para despertar la curiosidad antes cientos de
tarjetas de colores atadas con lanas al mobiliario del centro de la ciudad.
Paradas de autobús, bancos, farolas, vallas,…fueron el objetivo de esta
intervención urbana.
Nuestra intención fue lanzar
mensajes, a quienes quisieran recibirlos, en los que cuestionar el modelo de
vida (y de consumo) que llevamos. Cuestionamos todo aquello que nos atrapa. Nos
preguntamos si tenemos cosas materiales o son ellas quienes nos tienen a
nosotros/as. Dudamos sobre si nuestras necesidades son propias o creadas por la
moda y la publicidad. Reflexionamos sobre el ritmo de vida que llevamos y sobre
la “necesidad” de ser rápidos/as, eficientes, productivos/as,…
Esta acción es un regalo
para todas las personas que actúan, que salen a la calle, que disienten, que
transforman y que se transforman,…
La vida no se consume. La vida se vive y se disfruta.