Las trabajadoras de las fábricas proveedoras de Carrefour, Lidl y Aldi en Bangladesh cobran salarios de entre 21 y 34 euros al mes El viernes 28 de octubre Albert Sales, coordinador de la Campaña Ropa Limpia de Setem Cataluña (www.ropalimpia.org), acudió al Centro Social Librería La Pantera Rossa para hablarnos del informe “Pasen por caja. Las grandes superficies y las condiciones laborales en la industria de la confección' elaborado dentro de la Campaña. La Campaña Ropa Limpia (CRL) es una coalición internacional de ONG´s, organizaciones de personas consumidoras, sindicatos y otras entidades que trabajan por la defensa de los derechos laborales en el sector textil mundial. Lleva más de dos décadas denunciando las condiciones de explotación que sufren las personas que trabajan en el sector textil en los países empobrecidos. Famosas han sido las acciones de denuncia que se han realizado contra grandes marcas como pueden ser Adidas o el conjunto de tiendas que engloba Inditex. Pero en lo últimos años se han comenzado a interesar por otros actores que cada vez tiene más poder en el mercado internacional. Nos referimos a las grandes superficies, supermercados como Carrefour, donde podemos encontrar todo lo que necesitamos para nuestra alimentación, higiene o vestido. En 1980 en España había 5 hipermercados, en 2006 se contaban 359. La apertura de una gran superficie supone una media de 276 pérdidas de puestos de trabajo y el cierre de pequeños comercios en un radio de 12 kilómetros. Las tres empresas líderes en la comercialización de alimentación (Carrefour, Mercadona y Eroski) concentran cerca del 40% de la cuota de mercado. Cada vez más organizaciones ecologistas critican la falta de sostenibilidad del modelo de negocio de las grandes cadenas de distribución, en relación al deterioro de los barrios, la destrucción del pequeño comercio o la explotación de trabajadores y trabajadoras en toda la cadena de producción. A pesar de que prácticamente todas las grandes empresas de distribución han firmado compromisos y códigos de conducta que reconocen los derechos laborales, la ausencia de un organismo internacional con capacidad sancionadora ha dejado el control y la verificación en el terreno de la voluntariedad. La investigación se llevó a cabo durante el 2008 en 30 fábricas proveedoras de Lidl, Aldi, Tesco, Wal-Mart y Carrefour ubicadas en Tailandia, Sri Lanka, Bangladesh e India. Dicho informe pretende denunciar las intolerables condiciones de trabajo de estas fábricas, ya que incumplen la mayoría de los convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo. Se sostiene que “en la raíz de este problema está la presión que ejercen las grandes cadenas de distribución sobre sus proveedores, exigiendo precios y plazos de entrega imposibles sin realizar un control efectivo de las condiciones de producción". En la mayoría de países productores de ropa, el salario mínimo legal en el sector se sitúa en torno al 50% de lo que se estima que debería ser suficiente para vivir. Los trabajadores y las trabajadoras son privados de tiempo libre, forzándoles a extender su horario. En las fábricas el máximo legal de 60 horas a la semana es superado con frecuencia. Además, a menudo, las horas extras no son remuneradas como deberían. Estas condiciones de explotación se pueden imponer gracias a la situación de necesidad en que viven la gran mayoría de las personas de los países empobrecidos. La mayoría de las personas que trabajan en el sector textil son mujeres. Legalmente la edad para comenzar a trabajar son los 14 años, sin embargo, con frecuencia podemos encontrar niñas de 12 o 13 años. Las niñas nos conocen sus derechos laborales, y la patronal juega con el miedo y las amenazas para oprimir y mantenerlas bajo sus intolerables condiciones. Los códigos de conducta de las grandes empresas las comprometen a respetar las libertades sindicales, sin embargo la realidad es que “pocos se atreven a organizarse”. Los empleados informan de despidos, acoso, agresiones o acusaciones de falsos delitos como forma de represión de la patronal. “Los empleadores se pasan las listas de los trabajadores que han solicitado formar sindicatos”. Es importante comenzar a cuestionar nuestro actual modelo de consumo, un modelo totalmente insostenible ya que parte de la existencia de un mundo de recursos ilimitados. Nuestros recursos no son infinitos, de hecho si las sociedades de la opulencia mantenemos nuestro ritmo de vida pronto acabaremos con algunos de los recursos más preciados. No es fácil mantenerse al margen de las “necesidades”, que desde los medios de comunicación y a través de la presión social se nos presentan como propias. En Europa dependemos de 110 empresas donde podemos comprar todo aquello que se supone es imprescindible para cubrir nuestra sed de consumo. En la actualidad, las alternativas a este tipo de consumo tienen una repercusión relativamente pequeña, aunque muy importante. Es el momento de buscar alternativas y de potenciarlas, manteniendo la vía de denuncia y de solidaridad internacional con los trabajadores y trabajadoras de la industria textil. >Informe completo: http://www.ropalimpia.org/documentos/publicaciones/pasen-por-cajacast.pdf
Prensa:http://www.diagonalperiodico.net/aragon/Salarios-de-21-a-34-euros-al-mes.html